¿Y si acaba gustándole demasiado a alguno de ellos?
Todos lo hacemos porque pensamos que si cedemos, la otra persona nos deseará más. Y claro, cuando eso no ocurre, vaya golpe que nos damos. Aprendimos a hacernos querer: dando, sometiéndonos, aguantando, tolerando, satisfaciendo deseos de otros, etc.